actividad fisica

Día mundial de la actividad física.

Hay muchas razones por las que la actividad física es buena para el cuerpo, pero ¿sabías que la actividad física también es beneficiosa para la salud mental y el bienestar?

¿Qué es el bienestar?

El bienestar no tiene una definición única y universal, pero abarca factores como: 

  • La sensación de sentirse bien con uno mismo y ser capaz de relacionarse individual y socialmente. 
  • La capacidad de gestionar las propias emociones, tanto las negativas como las positivas.
  • Ausencia de enfermedades y buen funcionamiento fisiológico.

Por supuesto, el bienestar mental no significa estar feliz todo el tiempo, y tampoco significa que no se experimenten emociones negativas como la pena, la pérdida o el fracaso. Sin embargo, mantenerte físicamente activo puede ayudarte a llevar una vida mentalmente más sana, pudiendo mejorar tu bienestar.

Mantener el cuerpo en buena salud es un deber… de lo contrario no podremos mantener nuestra mente fuerte y clara.

-Buddha

Impacto en el estado de ánimo

Se ha demostrado que la actividad física tiene un impacto positivo en el estado de ánimo. En un estudio se pidió a un grupo de personas que calificaran su estado de ánimo después de periodos de actividad física, y de periodos de inactividad (por ejemplo, leer un libro o ver la televisión). Los investigadores descubrieron que los participantes se sentían más contentos, despiertos y tranquilos después de realizar una actividad física en comparación con los períodos de inactividad. 

Impacto en la depresión y la ansiedad

La actividad física puede utilizarse como tratamiento independiente o en combinación con la medicación y/o la terapia psicológica en la depresión. Tiene pocos efectos secundarios y no tiene el estigma que algunas personas perciben que conlleva tomar antidepresivos o asistir a psicoterapia. 

Por otro lado, los síntomas más comunes en la ansiedad son los problemas de sueño, la sudoración y la pérdida de apetito. Estos síntomas se desencadenan por la segregación de las hormonas del estrés: adrenalina y noradrenalina. Como resultado de la segregación de estas hormonas se eleva la presión sanguínea y se aumenta el ritmo cardíaco para preparar al cuerpo para una respuesta de emergencia. Las investigaciones realizadas en adultos, han demostrado que los individuos más activos físicamente tienden a tener tasas de estrés más bajas en comparación con las personas menos activas físicamente.

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