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Procrastinación: eres lo que haces, no lo que dices que harás

La procrastinación es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

Las causas, motivos y factores que influyen en que la persona procrastine son muchos y muy variados, aquí vamos a destacar algunos de los más habituales.

Baja autoestima

La persona que tiene una autoestima baja, se va a sentir menos valorada, en comparación con otras personas y pensará que no puede conseguir metas, propuestas o planes que realmente sí desea.

Expectativas irreales que conducen a la procrastinación

Muchas veces pensamos que llevar a cabo una tarea va a ser muy sencillo y que nos va a llevar menos tiempo del que después realmente ocupa. Darnos cuenta de esto puede generar cierta resistencia y llevarnos a retrasar la tarea. A la inversa puede ocurrir exactamente lo mismo, esto es, creer que una tarea es muy compleja y que requiere de mucho esfuerzo (sin realmente tener pruebas realistas de ello) puede hacer también que procrastinemos, no empezando la tarea y retrasándola.

Exigencia autoimpuesta

En personas muy perfeccionistas, avanzar en una tarea, asumiendo errores va a ser complicado y muchas veces es el motivo perfecto para no terminar.  

  • Bien porque la persona cree que como no va a llegar a la perfección en la tarea marcada y directamente no lo hace. 
  • O bien porque durante el proceso, si no se puede satisfacer la necesidad de perfeccionismo, la persona deja de hacerla y la abandona.

¿Cómo dejar la procrastinación?

La primera clave, la más importante y  la más eficaz: suprimir las tentaciones. Identifica todos aquellos elementos que en un momento determinado puedan suponer una tentación y aléjalos o ponlos fuera de tu vista. 

Además…

  • Divide las tareas en subtareas manejables.
  • Evita los argumentos autopermisivos: si decimos “no pasa nada si no empiezo hoy, ya lo haré manaña” ; “miraré instagram pero solo 5 minutos”, estaremos dando de comer a la procastinación.
  • Recompénsate por haber hecho la tarea: Asociar una tarea que nos resulta aburrida o tediosa con algo agradable como una recompensa, eleva la motivación. Ponte premios. Y comprobarás como funciona a modo de motivación.
  • Aprende a manejar las distracciones, neutralizando sus efectos. Separa tanto como sea posible el lugar donde trabajar del lugar haces tus actividades de ocio.

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