¿Son los trastornos mentales estilos cognitivos evolucionados?

Trastornos mentales tan diversos como el TDAH, el trastorno bipolar, el autismo y la esquizofrenia pueden, ayudar a la supervivencia del grupo en las sociedades tradicionales.

¿Existen diferentes estilos cognitivos? ¿Puede la selección natural haber diseñado a las personas para que piensen de forma diferente en beneficio del grupo? ¿Podrían el TDAH o el trastorno bipolar representar estilos de pensamiento diferentes pero igualmente útiles?

Trastornos mentales y la supervivencia del grupo

Desde la década de 1970, la psiquiatría occidental ha estado encadenada a la idea de que los trastornos mentales son sólo subproductos de disfunciones cerebrales. Todos hemos oído los eslóganes: «La esquizofrenia es como el cáncer». «La depresión es como la diabetes».

Si esta nueva investigación va por buen camino, podría ser la sentencia de muerte para el modelo de enfermedad de la psiquiatría. En lugar de trastornos, afecciones como el autismo o incluso la esquizofrenia podrían ser respuestas diseñadas a los problemas de la vida en grupo.

Según Helen Taylor, los humanos evolucionaron para especializarse en diferentes estilos cognitivos que promueven el éxito del grupo. Lejos de ser déficits, la dislexia, el autismo y el TDAH se consideran especializaciones cognitivas que desempeñan un papel fundamental para que los grupos humanos puedan adaptarse tanto en el pasado como en el presente.

De esta forma, se reinterpretan décadas de investigación sobre la dislexia para mostrar su asociación con el aprendizaje exploratorio, que incluye el pensamiento divergente y la capacidad de crear múltiples soluciones a un problema.

Un gran cambio de paradigma

Se sospecha desde hace tiempo que el TDAH es una estrategia cognitiva evolucionada más que un trastorno. Aunque abundan las teorías evolutivas, una de ellas sostiene que cambiar rápidamente la atención puede ser una ventaja en un entorno lleno de amenazas inminentes, desde hienas hasta vecinos hostiles.

En el caso del trastorno bipolar, algunas investigaciones proponen que los episodios maníacos pueden mejorar el liderazgo, la creatividad y la energía.

El autismo también se considera desde hace tiempo una fortaleza cognitiva, estando asociado con una mayor capacidad visual-espacial, una atención superior y una mayor conciencia del mundo físico, no social.

Si algunas enfermedades mentales son estilos cognitivos evolucionados, no enfermedades o patologías, entonces el paradigma biomédico podría obstaculizar, en lugar de ayudar, el trabajo científico de vanguardia.

El movimiento de la neurodiversidad

Según este enfoque, el autismo, lejos de ser un defecto cerebral, debe considerarse un estilo cognitivo alternativo. Por esta razón, algunos prefieren la terminología neutra de «neurodiverso» y «neurotípico», ya que exploran cómo la sociedad ha sido injustamente diseñada para privilegiar a los «neurotípicos».

Hay mucho en común entre el movimiento de la neurodiversidad y la idea de los estilos cognitivos evolucionados. Pero hay dos diferencias que saltan a la vista. En primer lugar, los defensores de la neurodiversidad no se aferran a ninguna teoría evolutiva en particular. En segundo lugar, mientras que la neurodiversidad se centra principalmente en repensar el autismo, el enfoque de los estilos cognitivos arroja una red más amplia.

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