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¿La COVID-19 te provoca ansiedad? Aprende a calmarte con estos 6 ejercicios

Ansiedad y COVID-19 guardan una relación muy estrecha

¿Sabes que la palabra Ansiedad y Covid-19 se usan de la misma forma en nuestro vocablo que las palabras Mamá y Papá?

ANSIEDAD que palabra tan fácil de decir y todo lo que acarrea. Desde una perspectiva más psicológica, podemos decir que la ansiedad es un cúmulo de conductas/reacciones donde la persona se ve desbordada frente a su vida cotidiana (múltiples respuestas a un problema).

Por un lado, con la llegada del coronavirus y el confinamiento nuestro ritmo de vida como lo conocíamos hasta ahora se ha parado en seco. y, en cuestión de días o semanas, hemos tenido todo el tiempo disponible para nuestros hijos, pareja, familia, casa y, por supuesto, para nosotros mismos.

En otras palabras, pasamos de actuar como robots (rutina diaria y piloto automático activado) a tomar conciencia de todo lo que ocurre a nuestro alrededor. ¿Qué ocurre entonces? A raiz del confinamiento hemos experimentado muchos patrones que nos son familiares: no dormimos bien, no comemos correctamente (exceso o defecto) y tenemos un sentimiento de malestar generalizado (estamos desadaptados).

Por otro lado, la pandemia que estamos viviendo a causa de la Covid-19 está provocando un estrés generalizado. Incertidumbre y desconcierto, noticias en los medios y redes sociales, cambios constantes en las medidas políticas, miedo a contagiarse, inestabilidad económica….Estos efectos están influyendo en nuestro día a día y están fuera de nuestro control.

Esta circustancia ha provocado que la ansiedad sea una respuesta natural y un estado normal ante la situación que estamos viviendo. Debemos estar alerta y comprobar que la sensación de estrés y ansiedad no sobrepasa los límites de nuestro organismo. Esta ansiedad puede pasar a ser incapacitante, afectando a nuestra salud mental, si no logramos gestionarla.

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Síntomas de ansiedad que deberían preocuparnos

Cuidar la salud mental es fundamental en esta situación de desconcierto e incertidumbre. Si experimentados alguno o algunos de estos signos, es una señal de que estamos llegando al límite y puede que necesitemos ayuda.

  1. Cambios en los patrones de sueño y alimentación. Dormir mal y tener una mala alimentación ha pasado a ser un círculo vicioso y las pesadillas son algo frecuente.
  2. Desgana y desmotivación constante. Falta de interés por relacionarnos con nuestro entorno y hacer actividades diarias.
  3. Obsesión por las noticias e incapacidad de desconectar. Tener una preocupación constante por las noticias que influya en nuestro día a día y no ser capaz de hablar de otra cosa.
  4. Miedo irracional y social. Hipocondría y miedo obsesivo por contagiarnos o contagiar a nuestros familiares que nos bloquea o nos paraliza. Incapacidad o ansiedad social al salir a la calle, relacionarnos y llevar una vida normal.
  5. Episodios de ansiedad paralizante. Vernos abrumados por estímulos y pensamientos negativos ante malas noticias y sensación de impotencia que nos llevan a experimentar episodios de pánico.

6 ejercicios de mindfullness para evitar el estrés y la ansiedad por la Covid-19

¿Qué puedes hacer en tu día a día para acabar con esa sensación de intranquilidad, miedo o ansiedad que te sigue allá por donde vas?. A través del mindfullness, que se basa en el principio de mantener la conciencia en el momento presente y sin juzgar, vas a ser capaz de calmar tu mente y ver con claridad la realidad que te rodea.

Voy a enseñarte una serie de ejercicios que, aunque pueden hacerse de manera individual, cobran un mayor sentido cuando se hacen de manera progresiva, uno detrás de otro. 

1. Pararse

Cuando empieces a sentir que está apareciendo una emoción desagradable dentro de ti, haz una pausa y centra tu atención en ese movimiento emocional. Al hacer esto, al parar tu pensamiento, detienes el piloto automático que reside en lo más profundo de tu mente (donde está la información de cómo te auto-describes, tus errores del pasado y todas aquellas etiquetas que definen tu identidad).

Si dejas de prestar atención a lo que sientes, seguirás normalizando los momentos de sufrimiento. Sin embargo, al centrarte en el aquí y ahora vas a poder reconocer y poner en duda esos patrones mentales a los que tan acostumbrado estás, abriendo la posibilidad a nuevas maneras de pensar, sentir y actuar.

La conciencia es el mayor agente de cambio.

-Eckhart Tolle

2. Respirar hondo

Ahora empieza a llevar tu atención a la zona del cuerpo donde se manifiesta la emoción (puede mostrarse con presión en el pecho, latido rápido del corazón, tensión en el vientre…). Una vez que sepas dónde sientes la emoción, trata de relajar la zona. Cuando unas la observación del área afectada con la respiración profunda, vas a notar como disminuye tu nivel de activación física y mental.

3. Comprensión

Al permitir que la emoción fluya vas a poder observar qué situaciones desencadenan esa sensación. ¿Qué pensamiento viene a tu cabeza en ese momento?, ¿qué persona o personas lo causan?, ¿qué crees que va a ocurrir?. Intenta hacerte a ti mismo estas u otras preguntas que creas que puedan darte una idea de cuáles son los aspectos claves que dan lugar a la emoción.

4. Identificación y aceptación

¿Qué emoción sientes?, ¿es tristeza, incertidumbre, ansiedad, inquietud, vergüenza…?. Si esta emoción pudiera hablar, ¿qué te diría?, ¿qué quiere que hagas?, ¿qué pasaría si siguieras ese impulso?, ¿qué necesidad revela?. 

Ahora cuando vuelvas a experimentar la emoción, en vez de activar el mecanismo de evitación (donde huyes de la situación física o mentalmente), permite que la emoción esté presente, que evolucione en tu interior; en vez de luchar contra ella déjala que sea tal como es. 

Los cuatro elementos cambian y se transforman: la tierra se convierte en agua, que se convierte en aire, que a su vez se convierte en éter. Si uno trata de centrar su atención en estas cosas y se convence a sí mismo de aceptar de buena gana las cosas que deben suceder, vivirá una vida moderada y armoniosa.

-Musonius Rufus

5. Autocompasión

Siempre va a haber una parte de ti que se va a querer quedar en el sufrimiento, alimentándose de las situaciones que te provocan dolor, resignada a no cambiar a pesar de querer hacerlo. En esos momentos donde no te quieres dejar llevar por el camino del padecimiento, te puede ayudar respirar profundamente varias veces y conectar con la parte tierna de tu corazón , que te muestra amor y ternura y te ayuda a mantenerte íntegro y sano. No solo puedes encontrar este cariño dentro de ti, también puedes acceder a un terapeuta, que sea capaz de aliviar la opresión o angustia que sientas. 

6. Tienes la emoción pero no eres la emoción

Cuando la emoción empiece a disminuir, es bueno que dejes de identificarte con ella, pensando que no eres la emoción, sino que solo la experimentas durante un periodo de tiempo. A través de esta actividad vas a dejar de alimentar los pensamientos de los que se nutre la emoción, en vez de fomentarla y retenerla, vas a ir despegándote de ella, dejándola ir. 

Al vivir en el presente abrimos la posibilidad a darnos cuenta de lo rápido que pasan y se van las cosas. Los eventos del mundo, buenos y malos, hermosos o trágicos, pasan rápidamente. Ninguno de ellos es estable, cada uno de ellos desaparece con el tiempo en el torrente de agua

-Ryan Holiday

¿Te sientes identificado con estos síntomas? Solicita más información y te ayudaremos

A veces es necesaria la ayuda de un psicólogo cuando notamos que los episodios de ansiedad son frecuentes y nos bloquean o incapacitan.

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